¿QUÉ MUNDO ES ESTE QUE MATA A LOS POETAS?
Una ráfaga abrazó, con su fuego infernal, a un ruiseñor que nos convocaba a un mundo mejor. Facundo Cabral ha caído abatido por la violencia de Guatemala y de toda la humanidad. Cuando asesinan un poeta la humanidad se hace un poco miserable.
Un ser humano que tenía las manos tendidas para abrazar a su hermano, yace tendido, brutalmente asesinado por los que él defendía. El mundo se resiste a asociarse al amor y a la paz.
Facundo Cabral fue abatido por la sinrazón. No entiendo por qué se asesina a un poeta. No entiendo a la humanidad que mata a un cantor de poesía pura. No entiendo a un mundo que se empecina en derribar al amor y levantar un muro de incomprensión. No entiendo por qué se asesina a las palomas.
Él solamente pedía un mundo más justo; entonces, ¿por qué lo asesinan? Él solamente reclamaba una justicia pura para los hombres; entonces, ¿por qué lo asesinan? Él solamente exigía que dejaran cantar a los ruiseñores; entonces, ¿por qué lo asesinan?
¿Es tan difícil entender que un poeta es un lujo que se da la naturaleza? ¿Es tan difícil entender que un cantor del pueblo es un privilegio de la sociedad? ¿Es tan difícil entender a un ser humano que sus manos son música, poesía y amor?
Con la muerte de Facundo Cabral el mundo se ha vuelto menos solidario. Hoy sin su poesía y palabras llenas de vida y de amor, la humanidad es más triste. Hoy sin su voz de entrañas pueblerinas, la gente más sencilla es más indefensa.
Con la callada de su voz el silencio nos envuelve sobrecogedor. Esta muerte nos duele a todos. Nos arrebataron un pedazo del derecho a soñar por un mundo mejor.
Ahora los diccionarios se quedaron sin definir algunos términos. La palabra silencio adquiere una connotación de dolor, de impotencia y de amargura. Ahora no sé ¿cómo se llaman los hombres que matan a los poetas? No lo encuentro en el diccionario. La Real Academia de la Lengua no tiene una definición a un acto tan brutal. Los eruditos de la lengua se han quedado atónicos ante el drama acontecido. El acto salvaje no tiene definición. Los que vivimos de la palabra nos quedamos sin un solo vocablo. El silencio se hizo eterno a verlo lleno de mutismo.
Los malditos, los asesinos, sólo le quitaron la palabra. Él no tenía otro bien que no fuera su expresión poética envuelta en los acordes de su guitarra. ¿Dónde quedó su compañera, la guitarra? ¡También la asesinaron con alevosía y premeditación! Si su guitarra quedó viva, estoy seguro que al despertar por los estruendos de los disparos y ver a Facundo sin voz, les pidió a los canallas que terminaran su obra asesinando la música.
Este inmenso dolor que recorre a toda América nos llena de luto y de vergüenza. Perdónanos Facundo por no merecerte.
¡Qué mundo es este, que mata a los poetas!
Carlos Agramonte
13 de julio de 2011
Es muy triste lo que paso a Facundo, un ser humilde. Inocente.
ResponderEliminarComparto contigo, amigo Carlos. Los ejes de mi carreta se han roto y me ha costado dejar de seguir la huella.....He necesitado el silencio para recordarle. Un abrazo. Lourdes
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